martes, 2 de agosto de 2016

Caín, Abel y Francisco

Dijo el Papa en recientes declaraciones a la prensa que "el terrorismo crece cuando no hay otra opción y cuando el dinero se transforma en un dios que, en lugar de la persona, es puesto en el centro de la economía mundial", luego agregó que "la falta de oportunidades económicas para los jóvenes en Europa también era responsable por el terrorismo".
Ya antes había dicho que "el dinero es el estiércol del diablo" y, en su famosa Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium, utilizó aquella tremenda cita de San Juan Crisóstomo: "No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos" (esta última dirigida nada menos que a los gobernantes y financistas del mundo, tan afectos siempre a redistribuir lo ajeno como si fuera propio).

Me cuesta encontrar algún pasaje bíblico que sustente semejantes disparates. Más bien todo lo contrario. Yo tiendo a asociar al terrorismo, y también al anti-capitalismo que él pregona, con la historia de Caín y Abel. Es aquel pasaje del Antiguo Testamento en el que el hermano mayor asesina al menor, básicamente por presentar una mejor ofrenda. 
No quiero caer en la simplificación de decir que los psicópatas del ISIS andan masacrando gente por ahí porque anhelan la riqueza occidental pero ciertamente el núcleo del problema pareciera estar más cerca de la envidia de Caín que de una pretendida avaricia de Abel.
Recuerdo cuando me enseñaron que la raíz de los pecados capitales era la soberbia. Había un cuento fantástico de Mamerto Menapace que lo graficaba muy bien: Un hombre llegaba al cielo y mientras lo esperaba a Dios en su oficina, le afanaba los anteojos y se ponía a mirar la Tierra desde allí. Al entonces observar una canallada de su antiguo socio hacía justicia por sus propias manos. Luego el Padre lo reprendía por jugar a ser Dios.
Quizás a nuestro pontífice argentino se le haya subido a la cabeza esto de ser el representante de Dios en la Tierra -sabemos que no nos cuesta mucho por estos pagos-, probablemente este comentario le reclame una humildad de la que evidentemente carezco; en cualquier caso le pediría al querido padre Jorge que cuando se sumerge en sus profundas meditaciones acerca de cómo salvar al planeta, apunte los cañones para otro lado: son los "avaros Abeles" los que crean riqueza, dan trabajo y sacan a diario a millones de familias de la pobreza... Y en cambio al mundo lo están destruyendo entre los líderes mesiánicos y sus brazos armados, los "Caínes despechados".

Francisco Ocampo

lunes, 29 de febrero de 2016

El dilema de Cambiemos: Dunga dunga o la muerte


Al igual que muchos argentinos me alegré por el triunfo de Cambiemos y, sobre todo, por el fin del kirchnerismo. La llegada de Macri, Vidal, el ala más republicana del radicalismo y varios prestigiosos exponentes del sector privado me hicieron entusiasmar con la idea de un nuevo gobierno, si bien no liberal, al menos con ciertos valores de poder controlado, apertura al mundo, respeto al ciudadano, eficiencia y combate a la corrupción. Pero algunos temores que tenía durante la campaña hoy se transforman en reales preocupaciones. Hay ciertas señales que me dan a entender que el diagnóstico que hace el actual gobierno -y sus consecuentes soluciones- se queda en cuestiones accesorias y no va al centro del problema.
La "década ganada" fue como una condensación de prácticamente todos los errores que desde hace 80 años vienen sumergiendo a la Argentina en esta trágica decadencia. Voy a tomar uno de ellos que para mí es fundamental: cada vez que el Estado gastó por encima de sus posibilidades pasó lo lógico, sobrevino una crisis de la cual salimos no sin algún -generalmente forzoso y tardío- ajuste fiscal. La historia es siempre igual: bonanza, despilfarro, crisis, ajuste, bonanza... La gente vota a los pro-bonanza y repudia a los "malos" del ajuste. Nos enamoramos del cáncer y odiamos la quimioterapia. Sociedad esquizofrénica.
Entre otros desastres, el kirchnerismo nos deja un gasto público tan alto que no alcanza a pagarse ni siquiera teniendo la presión tributaria más alta de nuestra historia (y de la región). Esto genera un déficit fiscal creciente que se financia emitiendo más pesos o más deuda, lo que da lugar entre otras cosas, a la segunda inflación más alta del mundo. Este cóctel de alta inflación más voracidad recaudatoria más proteccionismo económico no pareciera ser lo más propicio para atraer la tan anunciada lluvia de inversiones y favorecer el despliegue de nuestro potencial productivo. ¿Es lo único que hace falta? Claramente no ¿pero quién va a poner un mango en un país en el que de movida le tenés que entregar al Estado por lo menos la mitad de lo que producís? Entonces el tema acá no es si ajuste o no ajuste, sino si el ajuste lo va a seguir haciendo el sector privado o si de una vez por todas los políticos ejercen algo de la austeridad a la que nos vienen obligando. La Constitución los manda a proteger el derecho de propiedad, no a vulnerarlo. Sin eufemismos, el artículo 17 dice: "la propiedad es inviolable". Deben entender que cada peso que gastan se lo están sacando a quienes sostienen la economía. Si queremos crecer, no queda otra que soltar lastre.
No es muy difícil imaginar a esta altura que la solución que propongo es una fuerte reducción del gasto público, eliminación y simplificación de impuestos, desregulación, privatización de empresas estatales y apertura económica. Hagamos esto y el empleo y el crecimiento se darán por añadidura.
Desde este lugar, como les gusta que se aclare a los medios no hegemónicos, es que hago mi crítica a la gestión macrista.
Me gustó el viaje a Davos en avión de línea y la comitiva comiendo en un fast food. Toda muestra de austeridad en un país fundido está en la senda correcta, por más Durán Barba que pudiera haber atrás. Dicho sea de paso, las repentinas fotos de los funcionarios "casual" en el supermercado me parecieron una exageración. Ponele que suman apoyo popular... Ok, te la tomo, pero no dejan de hacerme acordar a aquella nota de Aníbal Ibarra en CQC. Desconozco cuánto cuesta comer rico en Suiza pero si fue para compensar los 3.300 palos que se gastaron en el "aporte" de 400 mangos a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, suena a poco. "Está bien, si no te prenden fuego el país", me dicen los expertos en lo políticamente viable (después el facho soy yo).
Aplaudí que sacaran las retenciones al agro pero me sorprendió que el presidente los exhortara a "ahora ir a pagar contentos los impuestos". Frase poco feliz si uno toma en cuenta que vienen siendo saqueados desde hace más de 12 años y todavía queda un 5% para la soja. Ok, un detalle, sigamos.
Sacaron el cepo sincerando la devaluación que ya había ocurrido. Muy bueno, pero en paralelo nos enteramos de que se van a tomar 4 años para bajar el déficit fiscal y por ende la emisión sin respaldo que es la raíz de la inflación. A propósito de este tema, entre promesas de castigar a los especuladores y "amenazas" con abrir las importaciones sacan una App con tufillo a "precios cuidados" alarmante. Ok, no mandaron a la militancia a tomar examen y denunciar pero obligan a los comerciantes (ojo, a los grandes; a los chicos no porque esos son buenos) a informar diariamente los precios de 1000 productos bajo pena de multas millonarias en caso de incumplimiento. ¿Creerán realmente que los controles de precios funcionan o que más burocracia es justo lo que el sector privado necesita para crecer? Ni hablar de los nichos de corrupción que esto genera. "Fulbito para la tribuna, te falta cintura política", me dicen. Bueno... Debe ser eso... la importancia del rol de los precios en la economía y el impacto de la libertad económica en la calidad institucional tan importante para atraer inversiones seguramente sea piantavotos. Discúlpenme, no puedo evitar recordar a Prat Gay diciéndole a Szloto en TN "a Moreno lo quiero en mi equipo pero controlado", poco antes de que hiciera campaña con Tumini y Donda.
Mientras escribo es probable que estén poniéndole los últimos ganchos al tan necesario acuerdo con los holdouts. Notición que celebro, ya que ninguna reconstrucción era posible manteniéndonos en default y en desacato ante un tribunal al que fuimos a buscar para que nos prestaran más barato. Permítanme, de todos modos, tener un poquito de miedo frente a la posibilidad de que el estado argentino quebrado y necesitado de divisas como está, pueda volver a endeudarse a tasas razonables. Como ex fumador reincidente empedernido sé bien de lo que hablo.
La de nombrar jueces de la Corte Suprema por decreto es totalmente anti-republicana por más vericueto legal que le hayan encontrado. La hubiera bancado tapándome la nariz si lo usaban para meter en cana a CFK y su séquito. En todo caso, reconocieron el error y recularon. Medio punto ahí para Macri.
La corrección en las tarifas de energía está bien en el sentido de que las cosas tienen que costar lo que valen, sin embargo hay un porcentaje importante de las facturas de electricidad y de gas que son impuestos, los cuales también van a subir. Por otra parte, vale señalar que este costo recae sobre una población que viene siendo asfixiada con impuestos. Digo, si la onda es el gradualismo para que la gente pueda absorber mejor el impacto de las medidas ¿no había otras líneas de gastos para cortar antes? Ok, discutible porque era algo que había que hacer. Dejo para otro día lo de la "tarifa social".
Con respecto a Ganancias está bien que hayan subido el mínimo no imponible y arreglado aquella paparruchada de eximir a los que en Agosto de 2013 ganaban menos de 15.000 pesos, pero tiene gusto a poco. La tan vituperada tablita de Machinea fijaba el mínimo no imponible en 4.000 dólares, o sea, más de 60 lucas a guita de hoy.
(Acá mi Mr Hyde interno me acota que igual ese impuesto no debería existir).
Excelente en materia de Relaciones Exteriores impulsando la caída del acuerdo con Irán y reclamando por los derechos humanos en Venezuela. Bienvenidos sean Renzi, Hollande y Obama, ojalá vengan con un pan bajo el brazo. Me encanta que Macri conteste en inglés y que Prat Gay hable mejor que Bush... Pero en concreto ¿hicieron algo en comercio exterior? Sí, ya sé, eliminaron las DJAI (Declaración Jurada Anticipada de Importación) pero las reemplazaron por el SIMI (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones), que es parecido sólo que un poco más ágil. Pretender tratados de libre comercio como hacen acá al lado, en Chile, es un delirio ¿no?
El manejo de la cuestión INDEC también fue bastante lamentable. ¿No habría sido más republicano mantener el índice Congreso en manos de la oposición hasta tanto pudiéramos tener cifras confiables?
Ahora salieron con el plan canje para celulares made in Tierra del Fuego, o sea, más gasto y más proteccionismo. Me hace acordar al "nosotros somos bueeeenos" de la banda de Milagro Sala. A los Kirchner les salió mal porque eran mala onda.
La pregunta obvia acá (en realidad me interrumpen mucho antes... si no me mandan a la mierda) es: "Sos un genio, les pedís que bajen impuestos, que sigan subsidiando la energía barata pero que bajen el gasto sin emitir y sin endeudarse. Con el desastre que les dejaron no hay soluciones mágicas. Decíme qué harías vos, que con un prólogo de Hayek y dos videos de Friedman ya encontraste todas las respuestas".
Más allá de lo que dicen que digo pero en realidad no dije, tiene sentido que fundamente mi propuesta.
Me parece muy gráfico explicarlo con esta "cuenta de almacenero" hecha por Espert:
En 2015 el estado gastó 2.300.000.000.000 pesos, o sea $2,3 billones. Sin embargo, recaudó "sólo" 1,9 bi. Los 400 mil millones que faltan son el déficit fiscal (sí, 21% se pasaron de rosca).
Ese total se compone así:
+ 0,9 bi: sueldos de los 4 millones de empleados estatales (el doble de los que había en 2002 y 400 mil más de los que había en 2014).
+ 0,4 bi: jubilaciones
+ 0,35 bi: subsidios (a la energía no llegan a 0,1. El grueso son los planes sociales y las empresas).
+ 0,2 bi: Bienes y Servicios
+ 0,2 bi: Obra Pública
+ 0,1 bi: Intereses de la deuda
+ 0,15: Otros gastos
Seguramente en todas esas líneas haya grasa por cortar pero claramente hay un serio problema en el empleo estatal, que representa el 40%. No están ni cerca del objetivo los alrededor de 15.000 que rajaron ahora (muchos de ellos fueron apenas contratos no renovados). El 2014 ya veníamos con un déficit fiscal alarmante... ¡y se mandaron a contratar 400.000 más! Entre eso y colocar un cheque sin fondos mucha diferencia no hay. Acá siempre me corren con el policía, la maestra y la enfermera. ¡No jodamos! Es como hacemos todos cuando la guita no alcanza. Planilla, marcador y empezar a tachar. Va mi lista a vuelo de pájaro... No sé si suma pero es catártico:
Fútbol para Todos, Aerolíneas Argentinas, INCAA, Canal 7, Telam, toda la pauta oficial, INADI (¡estamos en bancarrota ¿entendés? ¿Para qué carajo querés el INADI? ¿Hay menos discriminación ahora?), Secretaría de Culto, Secretaría de asuntos relacionados con las Malvinas, Secretaría de Comercio, Secretaría de emprendedores y Pyme, Secretaría de Agricultura Familiar, Ministerio de Turismo (sí, entero), Secretaría de DDHH y pluralismo cultural, Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación, Ministerio de Cultura... En fin, me cansé. Es una muestra nada más, pero si mirás y te preguntás si realmente es necesario como para entregarle la mitad de tu sueldo, se salvan pocos. Más aún si pensás que cada empleo de esos son empleos que se dejan de generar en el sector privado, que es lo que mueve la economía. Nota al margen ¿hace falta aclarar que oponerme a que exista una secretaría de DDHH y pluralismo cultural no significa que me oponga a los derechos humanos y a la diversidad?
Una de las respuestas que recibo a menudo es que todo esto debe ser hecho de manera gradual porque si no estalla el caos social como pasó con López Murphy. Ahá... ¿O sea que mejor dejar que la burbuja se siga inflando hasta que llegue un Duhalde? No nos engañemos, el gradualismo y las recetas keynesianas ya las vino probando el kirchnerismo desde hace rato. Cuanto más demoremos en resolver estas cuestiones estructurales, más tardaremos en tomar la senda del crecimiento. Por otra parte hay una cuestión moral: es como pedirle a un marido golpeador que vaya reduciendo de a poco la intensidad de los golpes.
Por último. Veo a muchos de los que creen, como yo, que la salida es esto de abrirse al mundo, desregular y disciplina fiscal, pero toman una postura demasiado indulgente con el gobierno. Que la cintura política, que lo políticamente viable, que hay que darles tiempo... ¡No hay tiempo! Toda corrección que haya que hacer tiene que ser ahora y "por culpa de los K". La campaña ya terminó. En dos años vienen las elecciones parlamentarias ¿cuándo piensan empezar con las medidas antipáticas? Los Kirchner aguantaron 12 años echándole la culpa a los 90'. Ahora tenemos otra "pesada herencia" ¿Piensan hacer lo mismo?
Otra que me dicen es que hay que apoyarlos porque peor es la oposición. Si los que pedimos estos cambios somos complacientes mientras los Del Caño, Kolina y Moyano despliegan todo su arsenal, ¿a quién piensan que va a escuchar más este gobierno tan adepto a las encuestas?
Al final, es como aquel viejo cuento:
-¿Dunga Dunga o la muerte?
-¡La muerte!
-Bueno, pero primero un poquito de dunga dunga