lunes, 20 de octubre de 2014

¿Y vos qué harías?

Con esta pregunta cerró su mail Luis, un amigo con quien comparto las mismas inquietudes acerca del destino de nuestro país, aunque con algunas visiones diferentes sobre cómo encararlo. Mi respuesta, como es costumbre, no fue muy sintética.

Creo que en este tema hay 3 frentes fundamentales:
1) Bajar y eficientizar el gasto público dramáticamente
2) Eliminar y simplificar impuestos
3) Limitar el poder del estado.

El tercero es el más importante para mí pero es más a largo plazo. Es el espíritu de Alberdi y los constituyentes de 1853. Es lo que hace que una democracia no sea una patota. En el sistema republicano se trata más de proteger a las minorías del abuso de las mayorías y no de hacer lo que dictan las mayorías (concepto hoy totalmente subvertido). Pero voy a profundizar en los otros dos:
1) Bajar el gasto público: Hay que priorizar. Hoy el déficit es del 4% del PBI con tendencia creciente.
- Hay algunas áreas que su sola existencia ya constituyen un crimen en sí, independientemente de lo que diga la ley. A estas hay que cerrarlas o privatizarlas desde el día 1. Meto acá a los subsidios al INCAA, canal 7, Fútbol para todos, toda la pauta oficial, Tecnópolis, algunas secretarías tipo la del pensamiento nacional de Forster y otras tantas absurdas. No hay una sola razón válida que justifique que le saquen dinero por la fuerza a nadie para obligarlo a financiar estas cuestiones.
- Hay otras un poco más delicadas, de mediano - corto plazo que habría que comenzar a trabajar para eliminar definitivamente: Aerolíneas Argentinas (lleva gastados 4 mil millones de dólares... ¡¡¡lo que costaba Iberia en 2007 cuando salió a la venta!!!) y las Universidades estatales. Hoy, en promedio, cada graduado de universidad estatal cuesta 60 mil dólares (40 mil los de la UBA), el 40% de los estudiantes rinden una materia por año. ¿Quién usa la Universidad estatal? Principalmente los de clase media. Los pocos de clase baja que la usan, pertenecerán a la clase media en el futuro. ¿Quién la paga? Todos, incluidos los pobres. Si una persona inicia una carrera con la expectativa de ser profesional ¿por qué no asumir parte del riesgo y sacar un préstamo a devolver una vez recibido y ya consolidado en el mundo laboral (digamos, a los 5 años de recibido)? La educación universitaria no es gratuita, es cara. Y más barata será en la medida en que los usuarios la paguen y tengan la posibilidad de decidir a qué institución dirigir su inversión en educación. Incluso las becas funcionarían mejor en el ámbito privado. ¿Qué mejor negocio que prestarle a un tipo de la villa 31 que se compromete a recibirse con un promedio mayor a 7? ¿Le financiarías en cambio la carrera a alguno de esos zánganos consuetudinarios de las universidades públicas que lo único que hacen es jugar a la política, pelear por el kiosco y la fotocopiadora? Directamente no existirían, ya que deberían estudiar para poder conseguir un laburo en serio.
- Hay otras áreas en las que no podés recortar abruptamente porque es como subir a la gente a una escalera y sacársela. Se van a hacer concha contra el piso. Acá entran los subsidios a la energía y al transporte (a), los planes sociales (b) y la escuela estatal (c).
(a) En principio las cosas tienen que costar lo que cuestan. O sea, que el precio de las cosas lo determina el mercado, lo que la gente está dispuesta a pagar por un bien o servicio. De lo contrario se generan despropósitos como que la gente duerma con la calefacción prendida y la ventana abierta. Porteros regando la vereda durante horas porque total es gratis. Ya ni se cobran los boletos de tren porque es más caro cobrarlos que dejar que se viaje gratis. Si una hora de regar la vereda cuesta lo mismo que un asado para 15, yo debo decidir si la limpio con saliva y me como el asado o al revés. Lo que no puede suceder es que me hagan creer que es gratis o que no tiene costo. Esas marañas de subsidios destruyeron los incentivos de las empresas a ser rentables y por lo tanto a invertir. Los accidentes ferroviarios y el desabastecimiento no son casuales. En lugar de buscar el favor de los consumidores buscan el favor de De Vido, Schiavi o el funcionario que corresponda.
(b) Los planes sociales son una clara muestra de nuestro fracaso como país. Cuando vos y yo éramos niños la pobreza en Argentina no llegaba al 5%. Hoy bien medida está cerca del 30%. En este momento no se pueden eliminar pero sí simplificar y mejorar. Deberían primar los siguientes conceptos: transparencia (eliminar intermediarios), universalidad (no más de uno o dos aplicables a todos), temporarios (por un plazo perentorio orientado a paliar una situación de crisis), subsidiar la demanda y no la oferta (es decir, que los beneficiarios tengan que administrar su dinero y no que otros decidan por ellos). Lo más importante: que incentiven el trabajo en blanco y no al revés, como es hoy, que prefieren no trabajar o hacerlo en negro para no perderlos. Trabajar paulatinamente hasta su eliminación completa. El mejor plan social es un trabajo.
(c) Hoy se gastan fortunas en educación y la evolución es cada vez peor. Fuimos el primer o segundo país de América en eliminar el analfabetismo (incluso antes que varios países de Europa) y hoy ya nos pasaron varios de Latinoamérica. Adoptaría un sistema tipo el que tiene Suecia, en el cual hay libre competencia entre escuelas públicas y privadas. Lo que hace el estado es darles a los padres un voucher (o cheque) por cada hijo en edad escolar y son ellos quienes deciden a qué colegio el estado debe acreditar esos fondos. Así, la responsabilidad pasa a estar en quienes corresponde, los padres y los directores de las escuelas, y no en el burócrata de turno. La pugna de las escuelas por ese cheque hace que mejore la calidad educativa y los incentivos. ¿Cuánto habrían durado las tomas de los colegios y los paros docentes en un esquema así? En cambio tenemos al ministro de educación y los políticos cuestionando las pruebas PISA. Hay casos en África muy interesantes sobre esto. Te los paso si te interesa.
(*) a largo plazo, pensaría en un esquema similar para la Salud. Que la gente tenga obra social, no hospitales gratis.

2) Impuestos.
- El primero que eliminaría es la inflación, que es un impuesto no regulado. Es decir, cada peso que se emite sin respaldo es un poquito de poder de compra que perdés o, lo que es lo mismo, es guita que te saca el estado sin que te puedas escapar. Cuanto menos gana la gente, más difícil se le hace escapar de esta confiscación. Los grandes banqueros y empresarios, incluida CFK y varios de sus funcionarios, no tienen problemas para zafar. Los pobres sí (más aún los pobres del interior). Desde la creación del Banco Central la Argentina devaluó un 52% promedio anual. Le agregamos 13 ceros a nuestra moneda. Nuestros sucesivos gobiernos han demostrado no poder administrar y mantener una moneda fuerte. Listo, hasta acá llegamos, hay que dolarizar la economía, como hizo Ecuador. Una vez que la gente tiene los dólares en la mano, andá a ofrecerles papelitos pintados a cambio. Correa no lo hace porque no puede, no porque no quiera. Luego, dejaría que haya libertad de monedas. Que la gente se pueda manejar en la moneda que se le canten las pelotas. Responsabilidad de cada uno. Al punto que si un privado quiere crear su propia moneda, que lo haga. ¡Libre competencia! Para que esto sea factible hay que abrir la economía completamente, eliminar todas las trabas proteccionistas, regulaciones y asegurar un marco regulatorio que garantice la seguridad jurídica (eliminar el cepo, aranceles, ley de abastecimiento, etc).
- Retenciones a las exportaciones. Esto es lisa y llanamente un robo. Tenés del otro lado de la frontera a un tipo dispuesto a ofrecerte dólares reales (los que acá se consiguen a $15 y no se derriten) pero el estado se mete en el medio, se queda con los dólares, te da pesos a 8,50 y sobre eso te retiene el 35% y después te rompe el ojete con el resto de los impuestos y no te deja ajustar los balances por inflación (agregale que te amenaza con aplicarte la ley de abastecimiento si no vendés, te manda gente a cortarte los silobolsas y te acusa de golpista, avaro y mil cosas más). Lo mismo aplica para la carne (¡han logrado el milagro de destruir esa industria nada menos que en Argentina!). Más exportamos lomo, bife de chorizo y ojo de bife, más baratos y de mejor calidad van a pasar a ser los cortes que consumimos acá (y más guita entra al país, más inversiones, más puestos de trabajo reales, mejores salarios).
- Impuesto al cheque. Es distorsivo, fomenta la economía en negro y viola el principio de "doble imposición" (es decir, que pago impuestos sobre un dinero que ya tributó). Lo puso Cavallo como transitorio y de urgencia en el 2001... y ya lo ves.
- Impuesto a las ganancias en particular y al trabajo en general. Es absurdo que nuestro sistema te castigue por generar riqueza. A la empresa le es indiferente cuánto de la línea de costos de un empleado va al estado y cuánto al empleado. Esto significa que quien paga las cargas sociales no es la empresa, es el empleado. A la larga lo que genera el "impuesto a los más ricos" es que dificulta la movilidad social ascendente. A los que están arriba se les hace más fácil mantenerse si a los que vienen subiendo les van metiendo un guadañazo cada vez mayor por cada escalón que suben. El llamado impuesto progresivo (es decir, más a los más ricos) es el más regresivo de los impuestos. Los impuestos deben ser proporcionales. Todos debemos pagar proporcionalmente lo mismo. Apuntaría a un esquema de flat tax del 10%. Todos pagan eso (obviamente el 10% de 100 palos verdes es más que el 10% de mil pesos). Algo que sea simple, fácil de pagar, difícil de evadir y homogéneo para todos. Que haya realmente un costo alto por evadir y que sea beneficioso pagar. Hoy es a la inversa. Por eso hay tanta evasión, tantos costos administrativos y tanta gente honesta con el culo sucio. Mucha gente queda agarrada de las pelotas por el gobierno ante la amenaza de una inspección porque donde sea que busquen, seguro alguna norma o inciso que no está en regla van a encontrar (y ahí se abre un enorme mercado de cometas y extorsiones).
Sobre los impuestos al trabajo tengo mil cosas más para decir pero en síntesis todas las cargas sociales que le meten, junto con las medidas que supuestamente protegen al trabajador de "la explotación" hacen que sea muy caro contratar empleados en blanco. Un ejemplo es la ley del salario mínimo, que condena al desempleo a todos aquellos cuyo trabajo rinde por debajo del valor del salario mínimo. Otro ejemplo es la jubilación: un estudio muestra que un trabajador aporta (él y su empleador... o sea, él) a lo largo de su vida laboral el equivalente a 7 departamentos, luego se jubila y le pagan apenas el equivalente a la renta de un depto y cuando se muere, pierde todo. Cada persona debería poder decidir cómo y cuánto ahorrar para su vejez.
- Sobre gravar la renta financiera: Las empresas no pagan impuestos, siempre son las personas las que lo hacen. En primer lugar hay que pensar en bajar, no en subir. Hace 40 años la presión tributaria era cercana al 15% del PBI. A fines de los 90 andaba casi en el 30% y hoy ya está tocando el 50% (más del 60% si tomás sólo a la población en blanco). O sea, hasta Julio estás trabajando para el estado. Hay que revertir esa tendencia. Gravar la renta financiera sólo va a generar que suba el costo de los plazos fijos y los productos de los bancos. Encarecés (más aún) el ahorro y por lo tanto, su contracara que es el crédito. El crédito necesario para las inversiones, que son las que generan mayor productividad, riqueza y por lo tanto mejores salarios, proviene del dinero no consumido, o sea el ahorro.
- Sobre el impuesto a las herencias altas: Lo que sucedería en este caso es destruir uno de los mayores incentivos a la generación de riqueza en la sociedad. Estarías fomentando que la gente trabaje a corto plazo y no a largo plazo. ¿De dónde saldrían las fábricas, las grandes investigaciones y descubrimientos que requieren enormes inversiones si la gente fuera alentada a consumir en vida todos sus recursos? ¿Confiscar toda esa riqueza para dársela a una entidad, como es el estado, que por definición es ineficiente? Ponete en el lugar de un tipo que tiene un campo de 1000 hectáres en Río Cuarto. Sabe que no le quedan mas de 10 años de vida. ¿Invierte en hacer canales, mejorar el terreno, maquinaria, capacitar empleados, agrotecnología, etc si sabe que eso en lugar de pasar a sus hijos se lo queda el estado? En el mejor de los casos hace herencia en vida. Si no, lo vende y se lo revienta en putas hasta morir de sobredosis de sildenafil (lo cual es muy loable, pero no lo mejor para la economía).
- Hay un concepto muy interesante que es el de impuesto a la tierra (land tax). Dicho muy simple es poner un impuesto único de acuerdo a la tierra que tenés y lo pagás así como pagás cualquier servicio (luz, gas, teléfono, etc). Dividís al país en unas pocas zonas y listo. Eliminás de esa manera todo tipo de intromisión del estado en controlar y perseguir a los ciudadanos sin una orden judicial. Eliminás el efecto "peaje", los culos sucios, las manganetas legales, los privilegios, etc. Imaginate la cantidad de contadores, abogados, legisladores, lobbistas y jueces que podrían dedicarse a tareas más productivas. La cantidad de inversiones que vendrían. Das, a la vez, un sentido de pertenencia y de propiedad a los más pobres, que pasan a ser tan ciudadanos como los ricos (hoy son apenas mendigos del político o puntero de turno).
Cierro con 3 conceptos para mí claves y fundamentales. Son paradigmas que están muy instalados en la sociedad y que hay que romper:
- La visión de la economía como un juego de suma cero. Es decir que lo que obtengo de un lado, lo saco de otro. Esto sí es cierto en el caso de la relación del estado con el sector privado. La única forma que tienen de obtener dinero es quitándosela a los ciudadanos a través del monopolio del uso de la fuerza. Hoy, la mitad de lo que producimos, se lo lleva el estado. Sin embargo, no es suma cero en una economía libre y abierta. Ahí lo que sucede es la generación de riqueza, la productividad, la creatividad humana. Allí el intercambio se da sólo si es voluntario. Si ambos valoramos más lo que el otro me ofrece, entonces se da el intercambio y ambos salen ganando. Nadie le sacó nada a nadie. África es el continente más rico en recursos naturales y sin embargo el más pobre. Japón está montada prácticamente sobre un cascote. Corea del Norte es uno de los países más pobres del mundo, Corea del Sur ya está alcanzando a Japón en ingreso per cápita. Ambas nacieron de la misma cultura. Lo que define la riqueza de las naciones son las instituciones. Argentina y Estados Unidos eran los dos faros de libertad a los que acudían inmigrantes de todo el mundo en busca de prosperidad. Ambos se han apartado del camino de sus fundadores hoy, aunque en nuestro caso la decadencia es infinitamente mayor (lleva más tiempo y sucede a un ritmo mucho más acelerado).
- La pregunta no es por qué hay pobreza sino por qué hay riqueza. Es decir, la pobreza es el estado natural del hombre. Venimos al mundo sin nada. La historia de la humanidad es de pobreza. Salvo 2 o 3 monarcas el resto de la población se cagaba de hambre. La expectativa de vida era de 40 años, 1 de cada 5 niños moría antes de cumplir los 5 años, la población mundial prácticamente no crecía. Un porcentaje altísimo de la población trabajaba sólo para producir los alimentos que consumía. Hoy somos unos 6 mil millones de habitantes y el porcentaje de personas en pobreza extrema viene bajando sistemáticamente. En 2007 no sólo bajó el % relativo de cantidad de pobres en relación con la población total sino que bajó el número absoluto (o sea la cantidad de pobres en el mundo). Ese proceso se inició a partir de la Revolución Industrial. Creer que tragedias como el trabajo infantil se redujeron en algunos países por leyes que lo prohibieron es una mirada ingenua o miope de la realidad. Es pensar que los padres de los países desarrollados son buenos y los otros malos. En líneas generales, los padres dejan de mandar a sus hijos a trabajar porque pueden darse ese "lujo". Cuanta más riqueza se genera en un país, mejores son las condiciones de sus habitantes, si ésta se da en libertad. Y cuanta más libertad y respeto por los derechos de propiedad hay, más riqueza se genera. Curiosamente, como un efecto no buscado pero logrado, los países que mayor libertad económica tienen, son los que tienen una brecha más chica entre los más ricos y los más pobres. Asimismo, en esos países al tope de los rankings de libertad económica, los más pobres tienen un ingreso 10 veces mayor que los de los países menos libres. O sea, en qué país te conviene más ser pobre (en uno rico o en uno pobre?) También sobre esto tengo varios artículos si te interesa.
- La idea de que la solidaridad debe ser administrada por el estado (esto es, en definitiva, el trasfondo de la redistribución: sacarle a los ricos para darle a los pobres), parte de que la gente espontáneamente no es solidaria. Eso para mí es un error. Yo sí creo que la mayoría de la gente es solidaria y está dispuesta a ayudar a los menos favorecidos. Prueba de eso no es sólo la gente de mi círculo de allegados, sino la historia misma de la Argentina. Existían montones de entidades de beneficencia que en su momento Evita, por puro resentimiento y clientelismo político, destruyó. Cuando la ayuda es voluntaria, hay una relación sana entre quien da y quien recibe. Uno recibe la gratificación (espiritual, narcisista, exculpadora o la que corresponda) por ayudar a los demás y el otro agradece entendiendo que hay otro que lo está ayudando (sea por obligación, o con resentimiento o con genuina gratitud). La relación es directa. Cuando interviene el estado lo que hay es un robo "legal" a uno, hay otro que reclama un derecho (que no es tal, ya que implica que otro se lo debe proveer) y hay un intermediario que se hace del "beneficio secundario" de aquel acto de falsa caridad. Ahora, si suponemos que la mayoría de la gente no es caritativa y a nadie importan los pobres ¿de dónde viene la creencia de que los políticos sí se van a ocupar de los pobres? O sea, la gente es desalmada y tiene cero interés por sus congéneres pero cuando se convierten en políticos se transforman en seres angelicales? Creo que es al revés. El hecho de que los pobres pasen a ser responsabilidad del estado tiene por lo menos dos efectos negativos. El primero es que se diluye la responsabilidad individual y en vez de ayudar la gente dice: "¡qué horror el estado que no se ocupa!" y el segundo es que inevitablemente genera clientelismo, ya que para llegar o mantenerse en el poder, los políticos deben obtener la mayor cantidad de votos posibles y sería ridículo que siendo proveedores de esa "caridad" no quieran al menos recordarla a la hora de conquistar votos. De eso trata el artículo que publiqué el otro día.

domingo, 19 de octubre de 2014

Alex Freyre, Alperovich y el Síndrome del Monumento a Washington

A fines de los 60, la administración de Nixon redujo el presupuesto del National Parks Service. En respuesta, su director, George Harzog, resolvió cerrar todos los parques nacionales dos días a la semana, incluidos el del Gran Cañón del Colorado y el -más cercano al Congreso- Washington Monument Park. La reacción de los turistas se hizo escuchar de inmediato, logrando que la partida fuera finalmente restituida. De ahí que a esta estrategia (para algunos, chantaje) se la conozca como el Síndrome del Monumento a Washington.

En nuestro país comienza a levantar temperatura la campaña electoral 2015 y ya escuchamos a políticos, cual madres culpógenas, extorsionar a la ciudadanía con las 10 plagas de Egipto ante la menor insinuación de disciplina fiscal. Desafía el oficialismo a quien proponga un poco de austeridad y la oposición, rápida de reflejos para morder el anzuelo, acaba dando explicaciones y rindiendo cuentas a los que vienen gobernando desde hace tres mandatos.

Habiendo aumentado la presión impositiva en más de un 60% (la más alta de la región y de nuestra historia), no se preguntan por qué 150 mil millones de dólares de gasto no les alcanzan. No se les ocurre mirar las fortunas que pierde a diario la aerolínea de bandera. Tampoco analizar los costos de la “batalla cultural” con sus festivales, sus subsidios al cine, los programas de propaganda oficial o el Fútbol Para Todos. Menos aún preguntar si son imprescindibles los 4 millones de empleados públicos (casi el doble que en 2002) o cuestionar los 60 mil dólares que pagamos por cada graduado de universidad estatal.

En cambio, sugiere el señor Alex Freyre que la primera línea de costos a tachar serían los medicamentos para pacientes con enfermedades mortales. Alerta, por su parte, el gobernador Alperovich que los siguientes ítems del recorte podrían ser las jubilaciones y la Asignación Universal por Hijo, ante el aplauso rabioso de la militancia y la sonrisa aliviada de los contratistas del estado.

Es que eso de administrar presupuestos eficientemente, cumplir sentencias judiciales, honrar deudas, y proveer servicios de calidad para subsistir son meras banalidades que atañen sólo a los burgueses del sector privado.