viernes, 15 de junio de 2018

¿Matar bebés o mover el vientre?

Una de las reflexiones más interesantes que vi acerca del aborto la hizo el comediante Louis C.K. al comenzar uno de sus últimos shows. El planteo es que tal intervención es, o bien "echarse un cago", o bien matar un bebé. No hay otra opción. Luego da vueltas sobre la idea de que las madres deberían poder matar a sus hijos. Brillante.
Esta manera de explicarlo debería despejar del camino a una enorme cantidad de personas que están a favor de la despenalización basados en la idea de que aún no hay vida humana pero "es un tema muy serio". La épica de extirpar un feto debería ser la misma que la de remover el apéndice. Ridículo pedir contención psicológica para quien se acaba de sacar un quiste. Sean honestos y trátenlo como lo que dicen que creen que es.
En el ala más autoritaria de estos últimos están los magnánimos de lo ajeno reclamando que el mismo sea gratuito. ¿Que el médico lo haga sin cobrar? No. ¿Que lo paguen los del pañuelito verde? Tampoco. Es más democrática la cosa: la idea es cobrarles a todos, o sea, en definitiva, que otra persona sea forzada, vía impuestos, a pagar los costos de la operación.
Y si quedara alguna duda de la aversión a la libertad de esta gente, proponen caerle con el aparato represivo del estado a aquellos médicos que se rehúsen a practicarlo. Me pregunto si podré demandar a mi dentista por no querer sacarme la muela del juicio.
Para quienes sostienen que hay vida humana desde la concepción la cosa debería ser más simple: matar a un niño por nacer no califica como legítima defensa, por lo tanto no puede ser convalidado por la ley. Sin embargo, están los que dicen que hay vida pero es necesario legalizarlo para que no mueran quienes abortan de manera clandestina. ¿En serio? Estás hablando de matar bebés. ¿Clínicas para que muera sólo la víctima pero se salve el victimario? Pensé que ese criterio legal aplicaba sólo para la AFIP. En fin, sigamos...
Hay un solo argumento, dentro de los pro-choice, que me parece bien elaborado y en cierta medida respetable. Es el que postuló el genio de Murray Rothbard señalando que el niño por nacer es un intruso en el vientre materno y que por tal razón ella tiene derecho a expulsarlo. Fiel a su estilo, se hace cargo de la -para muchos horrorosa- idea de que una madre tiene derecho a dejar morir a su hijo (más bien que nadie tiene derecho a impedírselo).
Creo que esta última idea, si bien interesante para desafiar el pensamiento, es difícil de sostener cuando se aplica a niños ya nacidos o incluso a adultos (si cae por accidente un paracaidista en mi jardín ¿es lícito meterle un tiro? ¿comete un asesinato un piloto de avión que se tira en paracaídas?).
Personalmente me inclino por la idea de que la vida comienza con la concepción porque es el único momento en el que se pasa de 0 a 1 y luego ya es un proceso continuo, pero no creo tener los conocimientos científicos como para determinarlo con certeza absoluta. Tampoco creo que los tenga el 99% de la humanidad. Por tal razón, me parece una imprudencia aberrante la legalización del aborto, y más aún la militancia en su favor. ¿Tan seguros están de que acá no se están matando bebés? Si me vas a dar la respuesta científica prefiero más bien que la guardes bien en algún lugar oscuro. Te conozco, no sos Stephen Hawking... la semana pasada te vi repartiendo panfletos de Franja Morada en el patio del colegio.

Francisco Ocampo

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