jueves, 31 de julio de 2014

200 años no es nada

Mucho se ha escrito acerca del funcionamiento de la psiquis infantil en los primeros años de vida y los mecanismos de defensa que utilizamos para nuestro desarrollo. Distintos autores coinciden en que a medida que crecemos, vamos dejando de lado formas más primitivas como negar la existencia de aquello que nos resulta desagradable, atribuir a los demás defectos que son propios, o asumirse como un ser omnipotente ante un mundo de ángeles y demonios. Tras una evolución saludable, se espera que podamos percibir la realidad de una manera más integrada, aprendiendo de la experiencia y canalizando la energía de manera constructiva, creativa.

Acabamos de soplar 200 velitas y seguimos batallando ante gorilas, imperialistas y oligarcas. Fantásticos líderes concentran el poder en Buenos Aires para repartir generosamente alegría, imprimir riqueza y sanar a su pueblo a través de la palabra. La pobreza, la violencia, la corrupción, son apenas ecos de la eterna campaña antiargentina.

¿No va siendo hora de madurar un poquito?

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